Entrevistamos a Julio de la Iglesia García, Tedax y Coach, hablamos con él de liderazgo, de valentía, de afán de superación, de pérdida del miedo en el puesto de trabajo principalmente de aquel en el que nuestras decisiones afectan a la vida o al éxito del objetivo.
-¿Qué es lo que le llevó a impartir y a involucrase como coach hablando de liderazgo valiente?
En mi vida he tenido que hacer frente a imprevistos, donde tomar el mando de la situación era imprescindible para salvar la vida. Este tipo de experiencias donde el éxito de la misión depende en gran parte del patrón que va al mando de la nave, es lo que me llevó a compartirlo en empresas y en sesiones de coaching ejecutivo.
-¿Cree que el miedo puede ser una palanca para ser más competitivo?
El miedo al fracaso puede ser lo que nos motive a ser mejores que nuestra competencia, que nosotros mismos. Un motivador que nos impulse a hacer las cosas mucho mejor para no fallar.
-¿Cuál es la fórmula de la valentía?
Mi experiencia me ha demostrado, que cuando afrontamos el miedo, o una situación crítica, lo normal es que lo superemos.
Que se puede aprender, se puede entrenar. Que muchos equipos y directivos ya lo están haciendo. Porque el miedo también se puede desactivar.
Y para ello ofrezco una fórmula de 5 factores, de 5 herramientas, basada en mi experiencia y en la de otros que como yo, literalmente se juegan la vida y que en situaciones de alto riesgo, nos ha ayudado a superarlo a nosotros y a nuestros equipos.
El truco para ser valiente consiste en someter nuestro miedo a un juicio de inteligencia y buscar una motivación o un valor fundamental para nosotros, que esté en peligro y que nos impulse a actuar con coraje y determinación.
Así un carácter miedoso puede dar a luz un acto valeroso. Por lo tanto, “tener miedo es inevitable pero superarlo es una decisión”.
-Usted afirma que “motivación sin competencia lleva a error” ¿también ocurre a la inversa? ¿competencia sin motivación lleva a error?
Claro, si yo soy competente, pero no estoy motivado, en “el hacer” va a faltar la atención plena, el afán por hacer un buen trabajo y es muy probable que nuestro resultado, no esté a la altura de nuestra capacidad.
Pero no hay que olvidar que aunque la motivación es importante, si yo no estoy formado, si no soy competente, en mi trabajo, seré la próxima baja. La motivación sin competencia lleva al error. Y permíteme la expresión. Es que me convierto en un tonto motivado.
El nivel de competencia es muy importante para llevar a cabo la decisión de superar un desafío o conquistar un objetivo.
-¿Está estigmatizado el fracaso, en lugar de ser considerado como un aprendizaje?
Si. Yo digo que no hay que tener miedo a cometer errores, hay que tener miedo a no aprender de ellos. Para cambiar algo en nuestra vida o en nuestro trabajo, tendremos que cambiar algo en nuestra vida o en nuestro trabajo. Es de cajón. Pero no lo hacemos. Persistimos en el error esperando que esta vez sea la solución. Y persistir en el error, es un error.
Las personas que han tenido éxito han fracasado muchas veces. Arriesgarse implica la posibilidad de fracasar. El error es natural y el fracaso opcional. Nacemos falibles, no infalibles.
Ante un “error”, el enfoque positivo consiste en aceptarlo inmediatamente como una experiencia que se puede mejorar, aprender de lo ocurrido y corregirlo. Así convertimos literalmente el fracaso en un éxito.
Por lo tanto el problema es, cómo vemos el problema. Si lo vemos como un fracaso o si lo vemos como una lección. Si lo vemos como a un maestro de vida, el fracaso no existe.
-¿Cree que falta capacidad de decisión en las empresas por miedo a fallar? En caso afirmativo ¿qué podemos hacer para evitar esta situación?
Tras los atentados en NY, el concepto de seguridad cambió radicalmente. Quedó una sensación de que todos éramos vulnerables. Desbordados por la tragedia, nos inundó la tristeza y nos olvidamos de la majestuosidad, lo divino y humano de nuestro ser, del héroe que habita en cada uno de nosotros. Volvimos a los tiempos donde el ejército de los EE.UU. creo el acrónimo VUCA, para definir la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y ambigüedad después de la Guerra fría.
Curiosamente en la actualidad, estos conceptos son los que dominan el Mundo empresarial. De ahí la falta de predicción y la confusión a la hora de tomar decisiones. En este escenario complejo donde se ha roto la fórmula de causa-efecto, no sabemos con certeza qué soluciones van a funcionar hasta que no las probamos.
Y para eso propongo ejercer un liderazgo valiente en términos estratégicos y operativos, conjugando la ética, la pericia y el coraje en la acción. Y desde ahí gestionar estos entornos VUCA. Solo en la acción afrontamos y superamos nuestros miedos. Solo en la acción alcanzamos nuestras metas. Como diría El Cid de Pérez Reverte «Huir solo sirve para morir cansado».
-¿Cuál cree que actualmente es el principal “explosivo”, que hay que desactivar en el seno de las empresas?
Según la revista Harvard Business, el mayor obstáculo para la Innovación y los modelos de negocio, son el miedo y la incertidumbre.
El éxito y la supervivencia de cualquier empresa, pasa por unir y empoderar a sus equipos, la Unidad Básica de Ataque, antes de marcar ninguna meta.
Lo primero es gestionar los miedos y definir los talentos, habilidades y tareas de cada miembro del equipo y luego ir a por el objetivo como un comando, sabiendo que la Misión es lo primero.
Así que, no importa lo ingenioso o disruptivo que sea tu plan. Si tu equipo no está preparado, no podrá ejecutarlo. Es así de sencillo. Cuando trabajamos en equipo, el foco no está en competir, está en ganar. Tú podrás llegar a la cumbre en solitario, pero no, sin un gran equipo. En el equipo es donde está la fuerza.
Mira en el TEDAX sólo hay dos tipos de trabajo: o tu trabajo es desactivar la bomba, o tu trabajo es apoyar a ese Tedax a desactivarla. No hay un tercer trabajo. En tu empresa tampoco. Piénsalo.
-¿Cuál es la relación entre nuestro cerebro emocional y racional?
Como dice Antonio Damasio: “en la base de cada pensamiento racional hay una emoción”. El miedo al ser una emoción, no está sujeta al pensamiento lógico. Es por eso que la razón por si sola nunca ganara la batalla al miedo. La tenemos que reforzar con una corporalidad de victoria y un lenguaje empoderado y positivo. El cerebro emocional no escucha al racional. Sólo cree lo que siente.
El psiquiatra Víctor Frankl, decía: No siempre podemos elegir las circunstancias, pero siempre podremos decidir con qué actitud queremos vivirlas. Si cambio mis pensamientos, cambio la emoción, las acciones y al final el resultado.
-Y por último, ¿Considera que todos llevamos un héroe dentro? Con qué personaje de ficción se identifica.
En mi infancia, mis superhéroes eran Tarzán y el Guerrero del Antifaz. No tenían ningún súper poder, pero si se guiaban por unos valores y una voluntad que les hacía sobrevivir a todas las dificultades.
Y yo me pregunto ¿dónde están esos líderes, esos hombres y mujeres honestos, valientes y sabios, que escudo en mano y tizona en alto, luchaban con honor por un ideal, por un mundo mejor? Matamos al niño que fuimos y que creía que todo era posible.
Nos ha invadido la creencia equivocada de que las grandes hazañas o las acciones heroicas, son sólo de hombres y mujeres “excepcionales”, dotados de unos recursos físicos, intelectuales y psicológicos fuera de lo común y no es así. Todos tenemos a un héroe, a un valiente que está dispuesto a salir, si creemos en él, si creemos en nosotros. Lo que de verdad les diferencia es algo muy humano. Es una motivación superior al miedo, a la dificultad que tienen que vencer y una actitud de combate que les impide rendirse ante la adversidad, sea cual sea. Y en esto estaremos de acuerdo, en que marca una gran diferencia en la vida privada, en las relaciones y en las organizaciones. Tú eres el héroe de tu misión.
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