Expertos en recursos humanos y salud laboral nos indican las claves más importantes para conseguir una organización saludable
A menudo, nos preguntamos qué debe hacer una empresa para ser más saludable, por dónde empezar, cómo podemos hacer una evaluación y diagnóstico del estado de nuestra organización, cuáles son los medios que se requieren y cuáles son las prácticas más idóneas. A continuación, te mostramos según varios expertos en la materia, las claves sobre qué debemos hacer para que una empresa sea saludable.
Ignacio Fernández, consultor, speaker, y autor de “Liderazgo Efectivo para el Alto Desempeño y Felicidad Organizacional” destaca que las principales prioridades a tener en cuenta y los cambios a introducir inicialmente “pasan por implementar prácticas sostenidas que desarrollen y mantengan relaciones seguras y confiables dentro de los equipos de trabajo”.
“Los cambios organizacionales hacia lo saludable son más viables y posibles a nivel micro, dentro de los equipos promoviendo la `redarquía´. Cuando se entrena a equipos y líderes en crear seguridad psicológica, establecer conectividad y promover ambientes de confianza, se teje una red de relaciones que permitirá correr riesgos y entregar lo mejor de cada uno para el logro de los resultados. Con esta base, se despliegan prácticas colaborativas desde las que emerge la inteligencia colectiva, la innovación y el empoderamiento grupal, destaca Fernández.
“Si dentro del plan estratégico de la empresa se establece como foco prioritario el desarrollo de relaciones seguras y confiables en los equipos, se da un paso significativo para sostenerlo en el tiempo y crear una cultura de salud organizacional. Este foco es necesario traducirlo en la formación de los líderes, en lógica de facilitadores de condiciones para el despliegue de los equipos a nivel de resultados, relaciones, procesos y aprendizaje de competencias”, señala este experto.
Por su parte, Pablo Suasnavas, Decano de la Facultad del Trabajo y Comportamiento Humano resalta su “coincidencia con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a la definición de ambientes de trabajo saludables, que son aquellos en los que los directivos y trabajadores colaboran conjuntamente en la aplicación de procesos de mejora continua, a fin de promover la salud y el bienestar de todas las personas”.
En este sentido, según este especialista las principales prioridades para que una empresa sea saludable se centran en:
• Fomentar un liderazgo positivo, centrado en el desarrollo y bienestar de las personas.
• Generar ambientes de trabajo saludables, en los que se alcance un bienestar físico y mental.
• Promover estilos de vida personal y familiar, que incluyan actividades físicas y de nutrición.
Pablo Suasnavas subraya que “para implantar un modelo o sistema de empresa saludable, a nivel interno se debe realizar un profundo análisis organizacional sobre las acciones necesarias para alcanzar eficaces programas de seguridad y salud laboral. De igual manera, se debe vincular el sistema de empresa saludable al logro de los objetivos estratégicos de la empresa”.
Carmen Soler Pagán, consultora en BienESTAR y BienSER, Secretaria Patrona de la Fundación Hospital Optimista, conferenciante y docente, señala que “lo primero que se requiere es de un diagnóstico, y que existen tantos modelos de empresa saludable como empresas, por lo que se hace necesario conocer bien lo que `nos aprieta en los zapatos´, y detectar en qué somos buenos para seguir potenciándolo”. Soler destaca la importancia de hacerlo desde el rigor, ya que hoy día disponemos modelos desde OMS y las Universidades como el modelo Modelo HERO (Healthy & Resilient Organizations Model de Salanova, Llorens, Cifre, y Martínez de la Universitat Jaume I.
Esta experta destaca que “tras el diagnóstico podremos diseñar intervenciones que nos lleven al éxito”, teniendo en cuenta que “sabemos ya que las prácticas organizacionales saludables inciden en el bienestar y en el desempeño. Por citar algunas sería la conciliación, sin prescindir de la importancia del líder en ese proceso, un líder positivo y al servicio para que impacte en el clima, en la creación de espacios de confianza y confiable”.
Ventajas de ser una “empresa saludable”
Respecto a las ventajas que tiene la transformación del modelo empresarial saludable podemos destacar varias según los expertos. Así, para Pablo Suasnavas, Decano de la Facultad del Trabajo y Comportamiento Humano “son numerosas las ventajas de transformarse en una empresa saludable, entre las que destaca: reforzar el compromiso de las personas con la empresa, incrementar la satisfacción y motivación de los trabajadores, reducir los índices de absentismo y accidentes relacionados con el trabajo, mejorar la productividad, ahorro de costos por reducción de siniestralidad en seguros médicos y atenciones médicas, aumentar la credibilidad e imagen de la empresa”.
Carmen Soler, consultora en BienESTAR y BienSER, Secretaria Patrona Fundación Hospital Optimista conferencia y docente resalta que “un modelo empresarial saludable, enmarcado en su estrategia nos permite hacer tangible lo intangible. La hipótesis ‘trabajador feliz, trabajador más productivo’ se hace realidad y con ello el impacto en los resultados. Los intangibles que todas las organizaciones buscan es engagement, sentido pertenencia, embajadores de marca, creatividad, aspectos que impactan en el bienestar y en el desempeño”.
Ignacio Fernández, consultor, speaker, y autor de “Liderazgo Efectivo para el Alto Desempeño y Felicidad Organizacional” pone de manifiesto que “las prácticas saludables aumentan la productividad, incrementa la excelencia operacional, mejora la calidad de servicio a los clientes, aumenta el valor accionario y la rentabilidad, reduce el absentismo, disminuye la accidentabilidad, disminuye la rotación, incrementa el compromiso de los empleados, mejora el clima laboral y aumenta la confianza en jefaturas y compañeros de trabajo e incrementa el empoderamiento y la innovación”.
Para los empleados también redunda en un beneficio dice este experto “contar con una propuesta de valor clara y conocida por parte de la organización; dotar al trabajo de un sentido relevante de alto involucramiento personal; sacar al trabajo de un espacio de malestar y patología; habitar en relaciones confiables, seguras, respetuosas y reconocedoras de sus fortalezas; crecer en posibilidades de desarrollo profesional; contar con un jefe firme y cercano que balancee el qué y el cómo; ser visto y reconocido por su contribución; y contar con un lugar de pertenencia”.
El valor de las personas en la empresa: la humanización
Respecto a si el modelo organizacional del futuro de la empresa pasa por dotar de un mayor valor y protagonismo a los profesionales, los expertos coinciden en la necesidad de dar más importancia al aspecto “humano” de las compañías.
De este modo, Carmen Soler, consultora en BienESTAR y BienSER, Secretaria Patrona Fundación Hospital Optimista conferencia y docente destaca que “como decía Peterson, uno de los padres de la psicología positiva ‘los demás importan’ y en las Empresas también deberían importar porque es ético y porque es rentable. Hacer brillar a las personas que forman parte de la organización, hacer aflorar sus fortalezas y que estas incidan en su forma de hacer y sentir en la empresa, sin duda es la mejor de las inversiones con mayor impacto para la Organización y para la Sociedad”.
Ignacio Fernández, consultor, speaker, y autor de “Liderazgo Efectivo para el Alto Desempeño y Felicidad Organizacional” considera que “poner a las personas en el centro de las estrategias es clave para el futuro de la empresa. Esta frase la conocemos hace años. Creo que lo fundamental es darle valor a las relaciones saludables, a las formas efectivas de interacción y a la consolidación de la redarquía, pues desde ahí se construye valor organizacional nuevo y formas de bienestar personal e interpersonal de alto nivel”.
“En el futuro de los negocios, marcado por la tecnología y la inteligencia artificial, la principal ventaja competitiva será el encuentro humano y la creatividad, que sólo puede emerger de las relaciones seguras, confiables y saludables entre las personas. La tecnología será un amplificador de las relaciones humanas y sustituirá la parte mecánica del trabajo que hoy hacen muchas personas. El futuro está en crear espacios de liderazgo colectivo y en amplificar las fortalezas humanas hacia fines organizacionales de todos los modos que sean posibles”, afirma Fernández.
“Es clave ir a la redarquía, disminuyendo el control jerárquico, y entregar a la red y los equipos la autogestión, la colaboración, la resolución de problemas y parte de la toma de decisiones. El futuro de los negocios será prontamente redárquico. Quienes persistan en la rigidez jerárquica con el control y las decisiones centralizadas, saldrán rápidamente del mercado.
La estructura redárquica, los procesos en red, las metodologías ágiles y colaborativas, y el equipo como la red central del trabajo son los grandes desafíos de las empresas hoy”, indica el experto.
Pablo Suasnavas, Decano de la Facultad del Trabajo y Comportamiento Humano considera que “la sostenibilidad de la empresa es una prioridad actual de los directivos, y que sin duda se conseguirá a través de su humanización. La mejor estrategia para incrementar el valor de las personas, es sin duda, el desarrollo de sus competencias, potenciando las fortalezas y reduciendo al máximo las debilidades. Pero, sobre todo, la empresa debe fomentar que sus directivos, jefes y supervisores, se vinculen con sus colaboradores y logren que sientan engagement hacia la empresa, demostrando interés por su bienestar personal y familiar”.
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