Los riesgos psicosociales y el estrés laboral, identificados como condiciones que afectan la salud y la productividad de los trabajadores, requieren atención urgente. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), estas condiciones, relacionadas con la organización laboral y el entorno social, están vinculadas directamente con la salud física, psíquica y social de los empleados.
El estrés laboral, una consecuencia prevalente de estos riesgos, afecta al rendimiento y al absentismo. Esta problemática no solo se manifiesta en España sino también en la Unión Europea, donde se estima que el estrés contribuye a la mitad de las jornadas laborales perdidas. La Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) en España advierte que el estrés causa una de cada cuatro bajas laborales, generando un coste económico alarmante, que podría superar los 30.000 millones de euros en 2023.
El Banco de España destaca la disminución de las horas trabajadas por empleado y el aumento de las bajas por razones psicológicas. Además, Randstad Research señala el crecimiento del absentismo y de las bajas por enfermedad. El costo total de estas bajas es elevado, superando los 106.000 millones de euros, afectando a la Seguridad Social, a las empresas y a la economía en general.
Para afrontar esta problemática, es crucial implementar soluciones eficaces. Las empresas deben considerar diversas estrategias, como la creación de planes de prevención, protocolos antiacoso, planes de igualdad y canales de denuncia. Estas herramientas, utilizadas de manera adecuada, pueden transformarse en aliados poderosos para mejorar el ambiente laboral y reducir el absentismo.
La prevención de los riesgos psicosociales debe ser una parte integral de la cultura empresarial. Esto implica sensibilizar y formar a la dirección, a la plantilla y a los stakeholders. Poner a las personas en el centro es fundamental. No abordar esta problemática tendrá un alto costo tanto para los trabajadores como para las empresas, incluyendo la disminución del rendimiento, el aumento del absentismo y la pérdida de talento.
En resumen, la atención a los riesgos psicosociales y al estrés laboral debe ser una prioridad. La inversión en soluciones preventivas y en la promoción del bienestar de los trabajadores no solo mejora la salud de los empleados, sino que también contribuye a un ambiente laboral más saludable y productivo, beneficiando tanto a las personas como a las organizaciones.
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