Tener éxito a la hora de modificar tus hábitos alimenticios tiene que ver tanto con los aspectos físicos (de tu cuerpo, de los alimentos), como de los aspectos psicológicos presentes en el proceso.
- Ten muy claro el ¿Para qué?: Ser consciente de las razones que te llevan a alimentarte mejor te ayudarán en los momentos de flaqueza. Solo tendrás que acordarte de lo que te ha llevado a tomar esa decisión, de la recompensa que te espera y rápidamente recuperaras las energías y las fuerzas. Si además combinas esto con unos objetivos concretos y precisos (y a corto plazo), verás como eres capaz de ponerte en marcha muy pronto y rápidamente comenzarás a ser consciente de los avances.
- Cuéntaselo a mucha gente. Cuando compartimos con las personas que nos rodean nuestra voluntad de hacer dieta, ellos nos servirán como apoyo en multitud de momentos. Nos recordarán nuestro deseo cuando la voluntad nos flaquee, nos animarán y celebrarán con nosotros los éxitos que vayamos consiguiendo, nos servirán de apoyo cuando tomemos determinadas decisiones cuando comamos fuera. Nuestro nucleo más cercano de personas nos generará presión (de la buena) en algunas situaciones y en otras nos servirán de apoyo y nos transmitirán fuerza y energía.
- No hagas dieta, mejor come sano y equilibrado. El concepto de “dieta” tiene una connotación de ser algo puntual, concreto y que solo realizas cuando te has pasado un poco de la raya o cuando quieres mejorar tu aspecto, por eso muchas veces lo asociamos a cosas negativas. Por el contrario, si lo que te planteas es comer de una manera más equilibrada y saludable, y modificas tus hábitos de alimentación, posiblemente no tengas que hacer dieta nunca más. En muchas ocasiones, el nombre que les ponemos a las cosas es suficiente para condicionarnos hacia el sufrimiento o hacia la expectación de lo novedoso.
- Conócete mejor y avanzarás más: Conocer tu relación con la comida, las creencias que tienes arraigadas en tu mente y tu propio estilo de consumir alimentos y de prepararlos, va a influir muchísimo con tu plan. Si te paras durante un momento a reconocer tus hábitos alimenticios, que opinas de determinados alimentos, de su aporte calórico, te ayudará a encontrar determinadas creencias que quizás te estén lastrando en la persecución de tus objetivos. Conocer tu propio estilo te ayudará a generar una serie de platos y recetas que te resultaran sencillos y divertidos de hacer, a la vez que sabrosos, y no te costará apenas esfuerzo.
- Celebra los avances y pequeños logros. Si importante es que te mantengas focalizado en el objetivo, todavía lo es más que celebres cada uno de los pequeños éxitos que iras coleccionando por el camino. Siempre que lo realices con cierta moderación, el hecho de disfrutar de los logros alcanzados, te permitirá cargar de nuevo las baterías para poder acometer el siguiente paso y sobrepasar el siguiente objetivo.
Descarga el libro de Elisa Escorihuela No sin mi dieta
0 comentarios