Óscar Abellón será el encargado de acercarnos a herramientas y prácticas de medición de progreso, satisfacción y resultados en nuestro próximo Workshop AECOP, que se celebrará en Sevilla el próximo 25 de noviembre. Óscar ha accedido gustosamente a contestar a una serie de preguntas como anticipo de lo que veremos en el workshop:
¿Qué pueden aportar las herramientas de medición al ejercicio profesional del coach ejecutivo?
Disponer de herramientas objetivas que midan la eficacia de los procesos de coaching, así como y el impacto en otros intangibles como el clima laboral o la satisfacción del cliente interno y externo de las empresas, debería ser una prioridad para los profesionales del coaching. Las herramientas deben ser cálidas y fiables y, en este sentido, debemos disponer de una metodología para poder seleccionar, adaptar y utilizar una serie de herramientas que nos permitan demostrar la eficacia de los procesos de coaching e, incluso, el impacto en la cuenta de resultados.
¿En qué medida las empresas valoran los indicadores de calidad y de logro de objetivos a la hora de contratar los servicios de un coach ejecutivo?
La contratación de un proceso de coaching por parte de las empresas va dirigido a la mejora en el desempeño de los coachees, por lo tanto, para ellos, es una inversión y les gustaría saber si merece la pena. Sin embargo, la mayoría de las empresas no disponen de métricas, de forma general, que atiendan a resultados directamente relacionados con las personas. Esto sería mucho más fácil si la empresa dispone de una Dirección por Objetivos o una Gestión por Competencias, en definitiva, una Gestión del Desempeño donde se pudiese comprobar el antes y el después de un proceso de coaching. Ahora bien, cuando les dices que a través de los procesos de coaching las personas mejoran sus resultados individuales y, de forma global, los de la empresa, entonces empiezan a interesarse por el coaching.
¿Cuáles son tus experiencias profesionales al respecto?
La experiencia me dice que tenemos un déficit a la hora de demostrar la eficacia de los procesos de Desarrollo en RRHH (selección, formación, evaluación, comunicación, participación, etc.). Además, venimos de algo muy recurrente en la actualidad como es la necesidad de demostrar la eficacia de la formación y, por supuesto, el coaching ejecutivo no escapa de esto. Un estudio internacional ha demostrado que ofrecer formación a los empleados puede aumentar sus resultados en un 22%, mientras que en aquellas empresas que han incorporado a la formación el Coaching, han aumentado los resultados hasta un 88%.
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