Luis Mesa del Castillo Clavel, Director General del Hospital Mesa del Castillo de Murcia desde 2012. Empresario y economista de profesión. Nieto, hijo y sobrino de anteriores gestores de este hospital fundado en 1947.
¿Por qué decidisteis presentaros a este certamen?
Cuando conocimos la existencia de la iniciativa nos llamó mucho la atención. Nosotros siempre hemos sido un hospital que sabe que una de las claves de la salud es el trato humano. Las personas, cuando nos convertimos en pacientes, somos más vulnerables que nunca, y más que nunca necesitamos un poco de apoyo, unas palabras reconfortantes o un ambiente que nos permita sentirnos mejor, que nos de esperanza.
Esto es una característica nuestra, forma parte de nuestra cultura sanitaria desde 1947, cuando fue creado este hospital.
No fue difícil sentirnos identificados con la iniciativa de Hospital Optimista y querer formar parte de ella.
¿Qué destacaríais de esta iniciativa?
La verdad es que no nos esperábamos que una cuestión tan intangible, tan alejada de los actuales valores de una sociedad inmersa en la inmediatez, en los resultados y en los números fuera a nacer y a convertirse en una realidad. Creo que destacaría el mero hecho de ser una realidad y de ser capaz de aglutinar a tantas personas que, como nosotros, le da importancia a al trato humano y positivo como una de las claves del buen servicio sanitario.
¿Qué ha supuesto el premio hospital optimista para su centro/equipo/proyecto?
Una reafirmación de nuestra personalidad. Una muy buena y reconfortante palmada en la espalda. Cuando el personal se enteró de que habíamos obtenido este premio, se notaba el orgullo y el sentimiento de pertenencia. Fueron unos días muy bonitos, donde todos vimos reconocido un esfuerzo que no se puede medir en gráficas ni en balances de cuentas.
¿Recordáis cómo fue escuchar el nombre del hospital como candidatura seleccionada durante la gala?
Para nosotros, un hospital mediano de la Región de Murcia, escuchar nuestro nombre y ver proyectadas las imágenes de nuestro centro ante tantas personas de todo el país fue muy especial. Nos sentimos unos privilegiados de poder continuar el trabajo de nuestros antepasados y tantos trabajadores que han pasado por aquí a lo largo de nuestra historia.
¿Continuáis trabajando para generar un entorno saludable para el paciente y su familia?
Por supuesto. Si no, ya no seríamos nosotros. Hospital Optimista ha apuntalado una cultura laboral y humana que venimos forjando desde hace décadas y que seguirá en nuestro ADN mucho tiempo.
¿Qué prácticas en gestión y personas y su salud utilizan en su centro y con sus equipos?
No hay un proyecto concreto o enfocado en una u otra dirección. Creemos que desde que descolgamos el teléfono hasta que nos despedimos de un paciente tras su proceso médico debemos ofrecer un buen trato, mucho respeto y empatía. Es muy importante la limpieza de las instalaciones, la luz natural, el silencio y la tranquilidad, el buen humor… Todo ello es lo que cuidamos y tratamos de mejorar día a día. Los pacientes siempre agradecen este tipo de cosas en las encuestas. Parece ser que son detalles que escasean hoy día, por lo que son más apreciados.
¿Qué consejos daríais a los futuros candidatos de la II edición de los Premios hospital Optimista?
Sobretodo, que no sirve de nada hacer un proyecto aislado. Se trata de una cultura, de una idiosincrasia, parte de, digamos el ‘know how’ de una empresa. Hay que estar convencidos de que el trato interpersonal debe ser en positivo, humano y cercano. Hay muchos ambientes que están lejos de ser ‘optimistas’, eso no es un problema, sólo hay que querer cambiar y empezar a trabajar para ello. No es algo que pueda cambiar de la noche a la mañana, pero los resultados a medio y largo plazo serán mucho más sólidos.
Y por otro lado, un ambiente optimista empieza por la relación entre colegas y compañeros de trabajo, entre doctores y limpiadoras, administrativos y sanitarios.
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