El impacto de la pandemia de COVID-19 ha amplificado los desafíos relacionados con la salud mental en el ámbito laboral en la Unión Europea. La exposición a factores de riesgo vinculados al estrés y los trastornos mentales ha aumentado como resultado de la crisis sanitaria. Esto ha generado una mayor conciencia sobre la importancia de abordar estos problemas en el lugar de trabajo.

El mundo laboral está experimentando una transformación acelerada, motivada por la digitalización, la robotización y la inteligencia artificial. Estos avances tecnológicos tienen el potencial de mejorar el acceso al mercado laboral, crear condiciones de trabajo más favorables y aumentar la productividad. Sin embargo, también plantean desafíos significativos, como la remodelación de los mercados laborales, la demanda de nuevas habilidades y la creación de riesgos asociados a la exclusión digital. Entre estos riesgos, destaca el tecnoestrés, que puede afectar negativamente las condiciones de trabajo y la salud mental de los empleados.

Según datos de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA), el 27% de los trabajadores de la Unión Europea afirma que el estrés, la depresión y la ansiedad son problemas causados o agravados por su trabajo. Además, más del 40% de los trabajadores en toda la UE informan que su nivel de estrés relacionado con el trabajo ha aumentado durante la pandemia de COVID-19. Estos datos subrayan la necesidad urgente de abordar los riesgos psicosociales en el lugar de trabajo y la salud mental de los trabajadores.

El empleo precario, definido como un empleo mal remunerado, inseguro y desprotegido, también plantea desafíos significativos para la salud mental de los trabajadores. Las condiciones laborales precarias pueden generar estrés y desencadenar trastornos como la ansiedad y la depresión. La prevalencia del trabajo precario varía según las variables de vulnerabilidad personal o social, y las desigualdades existentes en la sociedad pueden poner a algunas personas en mayor riesgo de experimentar problemas de salud mental. La discriminación por motivos de género, origen racial o étnico, religión, discapacidad, edad u orientación sexual también puede contribuir a la mala salud mental en el ámbito laboral.

Las mujeres, en particular, enfrentan desafíos adicionales, ya que suelen asumir mayores responsabilidades de cuidado, lo que puede aumentar la carga laboral y tener un impacto negativo en su salud mental. La pandemia de COVID-19 exacerbó esta situación, ya que las responsabilidades de cuidado se multiplicaron, afectando de manera desproporcionada a las mujeres con responsabilidades de cuidado.

Para abordar estos desafíos, es fundamental promover la igualdad de género en la sociedad y en el ámbito laboral, así como garantizar condiciones laborales adecuadas que promuevan el bienestar de todos los trabajadores. Además, se requiere una aplicación efectiva de la legislación vigente, y los empleadores desempeñan un papel clave en la prevención de riesgos psicosociales en el trabajo, incluyendo aquellos asociados al empleo precario.

En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, la UE se compromete a proteger los derechos laborales y promover entornos de trabajo seguros, especialmente para los trabajadores migrantes y aquellos en empleos precarios.

La UE también se adhiere a los principios de la Organización Internacional del Trabajo para configurar un futuro laboral justo, inclusivo y seguro, promoviendo la seguridad en el trabajo y la salud. La Directiva marco sobre seguridad en el trabajo establece que los empleadores deben garantizar la seguridad y salud de los trabajadores, incluyendo los riesgos psicosociales.

El Marco Estratégico de la UE sobre Salud y Seguridad en el Trabajo 2021-2027 destaca la importancia de abordar los riesgos psicosociales en el trabajo y la salud mental. Tras un examen intensificado en mayo de 2023, se reconoció la necesidad de una acción más sólida en este ámbito.

La Comisión de la UE adoptó la «Comunicación sobre un enfoque integral de la salud mental» en junio de 2023, que incluye iniciativas clave para abordar los riesgos psicosociales en el trabajo. Además, el Comité Económico y Social Europeo propone medidas para prevenir estos riesgos a nivel de la UE, incluida la legislación específica.

Se reconoce que la salud mental es un componente crucial del bienestar de las personas, y las malas condiciones de trabajo pueden tener un impacto negativo en ella. Los datos indican que los problemas de salud mental afectan a un gran número de personas en la UE, con costos económicos significativos.

Los problemas de salud mental afectan a aproximadamente a 84 millones de personas en todo el mundo y representan un alto coste, que se estima en más del 4% del PIB en los países de la UE.

La Unión Europea se compromete a fortalecer los sistemas públicos destinados a proteger la salud mental en el trabajo y a respaldar la investigación preventiva sobre salud mental en el entorno laboral. Además, se busca garantizar que los trabajadores reciban vigilancia de salud, incluyendo la salud mental, y se promueve la contratación y el apoyo de trabajadores con enfermedades o trastornos mentales. La Unión Europea se enfrenta a importantes retos relacionados con la salud mental en el trabajo, agravados por la pandemia y la evolución del mercado laboral. Abordar este escenario es esencial para promover un ambiente laboral saludable y productivo para todos los trabajadores.