Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte y hospitalización en España, superando incluso a los cánceres. Se estima que una de cada tres muertes en el país se debe a estas patologías. A nivel de toda la Unión Europea, aproximadamente 5.000 personas mueren diariamente debido a enfermedades cardiovasculares.

Este impacto pueden prevenirse, ya que el 70% de ellas están vinculadas a factores de riesgo modificables. Algunos de estos factores están relacionados con hábitos de vida no saludables, como el tabaco, la hipertensión y la obesidad, mientras que otros se asocian con entornos laborales estresantes.

La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) ha investigado la relación entre el estrés laboral y las enfermedades cardiovasculares. Los factores psicosociales en el lugar de trabajo, como la tensión profesional, largas horas laborales, inseguridad laboral, violencia y acoso, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Estudios demuestran que la exposición a factores de estrés psicosociales puede desencadenar enfermedades cardiovasculares, especialmente en personas con acumulación de «placa» preexistente en los vasos sanguíneos. Además, el estrés puede influir indirectamente en la aparición de enfermedades cardiovasculares debido a un estilo de vida poco saludable adoptado por personas estresadas, como el consumo de alcohol y el tabaquismo.

La EU-OSHA identifica cuatro factores de riesgo psicosociales en el trabajo que pueden favorecer enfermedades cardiovasculares: la tensión profesional, largas horas de trabajo, la inseguridad laboral y la violencia y el acoso en el trabajo. Además, ciertos factores de riesgo físico también pueden contribuir a estas enfermedades en ciertas profesiones.

La prevención es esencial, tanto a nivel individual como organizacional. La EU-OSHA enfatiza la importancia de sensibilizar a las empresas y empleados sobre los beneficios de un entorno de trabajo psicosocialmente favorable para la salud y la economía. La prevención primaria, mediante la modificación de factores de riesgo, y la prevención secundaria, a través de una mejor capacitación para actuar en caso de un accidente cerebrovascular, son fundamentales en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares en el entorno laboral.