Una de las preocupaciones recurrentes de los líderes del área de gestión humana es la de construir, reforzar y potenciar hábitos que permitan que todos los miembros de una organización compartan puntos de encuentro constructivos y creativos. Un sinfín de propuestas han emergido en los últimos 50 años, en los que es notable la urgencia por encontrar escenarios que permitan sacar provecho al potencial humano y dejar espacio para la reflexión específica en el contexto empresarial.
Partiendo de desarrollos prometedores en Latinoamérica y Europa, la musicoterapia ha propuesto un acercamiento a nuestra realidad que involucra aspectos centrales que son de interés en el mudo del coaching y la gestión humana.
Entendiendo la salud como un complejo que integra nuestra dimensión biológica, psicológica y social, es posible advertir cómo un entorno saludable tiene repercusión sobre la vida laboral y gran parte de lo que ésta implica en términos de productividad e innovación.
Además de considerar la salud como un eje central de su crecimiento como disciplina, la musicoterapia incluye inevitablemente otros procesos que se hallan íntimamente relacionados con problemáticas organizacionales: la comunicación, las emociones, la capacidad de resolver conflictos, etc.
Aún en medio de la incertidumbre de las organizaciones y de la economía actual encontramos zonas de confort en las que podemos ejercer nuestro poder, nuestro liderazgo y actuar bajo unos parámetros predecibles y a menudo negativos, la experiencia retadora de la música puede movilizar emocionalmente y permitir el surgimiento o el ejercicio de competencias previas que son vitales para la vida empresarial.
¿Cómo incluir la música en nuestras organizaciones? La musicoterapia se ha extendido por todo el planeta, cuenta con asociaciones que respaldan la labor profesional mediante una revisión científica constante que garantiza que su aplicación sea efectiva. Mediante métodos como la improvisación y la composición podemos invitar a quienes participan de una experiencia musicoterapéutica a salir de su zona de confort, crear soluciones, significados y compartirlos con otros. El valor de la música en la empresa está en su capacidad de unir a las personas en torno a una actividad que permite sacar la intervención de los límites de los puestos de trabajo y llevar la reflexión a todos los ámbitos de la vida.
Contrariamente a lo que puede sugerir el sentido común, para participar de una experiencia de improvisación o creación musical no hace falta tener conocimientos previos, el pulso, unidad básica de la música está presente en nuestras vidas de manera natural, con un poco de guía podrá hacer parte de una experiencia enriquecedora y saludable.
Imagen: Flickr
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