“Hay una vacuna poderosa que sirve al ser humano para hacer frente al miedo y que se llama curiosidad”, así comenzaba su intervención Teresa Viejo en la presentación de su libro La niña que todo lo quería saber, que se celebró en la Universidad Europea de Valencia y que contó con la participación de la Rectora, Rosa Sanchidrián, y de Carmen Soler, experta en bienestar organizacional.
La autora explicó que se trata de un don con el que venimos a la vida, porque llegamos al mundo cargados de fortalezas y, aunque de pequeño no todas están activas, como la resiliencia, que se adquiere tras la experiencia vivida, sí lo es el amor por el aprendizaje.
Teresa Viejo señala que la “neurocuriosidad es una rama de la neurociencia y que fruto de la investigación se ha sabido que los cerebros que activan la curiosidad son más capaces de asimilar cualquier conocimiento”.
La curiosidad es aprendizaje, memoria y recompensa, destaca esta experta. En su exposición afirma que cuando algo nuevo llega a nuestro entorno la primera reacción es retrotraernos, y señala que la razón por la que de adultos no seamos “esponjas”, como los niños, es debido a que guardamos muchas cosas que no sirven, y que no dejamos espacio a la curiosidad.
La escritora, y también experta en un modelo de aportación, el liderazgo curioso, afirma que si cada vez que nos enfrentamos a un problema aplicamos curiosidad estaremos ante un desafío, un reto que nos motiva en lugar de suponernos un obstáculo.
Teresa Viejo señala que “creemos que observamos, pero a veces ni siquiera vemos”, y que al aplicar curiosidad observamos cosas que no siempre se ven. Prestar escucha activa y tratar de descubrir lo extraordinario en lo ordinario es algo excepcional y que todos los niños llevan dentro. La curiosidad siempre está activa, presente, siempre fluye y se retroalimenta, y es competencia cuando pasa a la acción. No estamos ante un conocimiento teórico, sino que su finalidad es construir. La experta destaca que todas las personas que consiguen sus sueños han activado la curiosidad para ver qué pasa. Es el hábito de explorar para conseguir un propósito.
En su intervención, la denominada maestra de la curiosidad afirma que “cuando alguien desea algo, lo hace desde el aprendizaje, y que las preguntas poderosas son las que forman parte del propósito de la vida. Abrirse sin prejuicios es una parte de esta fortaleza, al igual que la oportunidad de estar abierto al mundo, de estimular nuestro cerebro a nuevos conocimientos.
El liderazgo curioso en las organizaciones, disciplina que aplica esta autora en las empresas es la forma de incorporar inteligencia colectiva, de estimular a través de preguntas fomentando la participación, el diálogo, la interacción, convertir problemas en desafíos, aspectos fundamentales para el crecimiento, desarrollo e impulso de cualquier organización.
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