En mi sesión del pasado 7 de marzo del Máster de Dirección Estratégica y Organizacional (DEBO) he centrado mi intervención en los factores que interfieren en la salud de los trabajadores, identificados en tres sistemas de regulación emocional, que interceden en nuestra rendimiento físico y mental.
Uno de ellos es la amenaza, que dispara una sustancia denominada cortisol, y también la llamada adrenalina, lo que nos provoca miedo, alerta, ira y ansiedad, que prolongada en el tiempo puede ser motivo de enfermedad. El segundo, es el denominado impulso, que no es otra cosa que esa búsqueda de incentivos, lo que genera dopamina, que con el tiempo puede ocasionar estrés. Y, por último, la calma-alivio, que nos proporciona seguridad, segregando una hormona identificada como la oxitocina y endorfinas, que nos ayuda a contrarrestar esa amenaza e impulso.
Es importante analizar los diferentes sistemas que regulan las emociones, dado que estos sentimientos son los que nos proporcionan mayor o menor sensación de bienestar. Tanto la amenaza, como el impulso o la calma-alivio-seguridad son los que impactan directamente en nuestra salud y por tanto son los causantes de que tengamos un estado de ánimo que nos permita desarrollar de manera más o menos eficiente nuestro trabajo.
Miqui Amador
Docente del Máster de Dirección Estratégica y Organizacional (DEBO)
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