Más de 1.400 personas han asistido a una reivindicación de la utilidad de ser felices en el trabajo proclamada en la macrojornada TMT celebrada en el Palau de la Música de Valencia. Los ponentes han desgranado las estrategias que pueden poner en marcha organizaciones y personas para conseguirlo. «Hay que ser felices en el trabajo porque ocupa gran parte de nuestro tiempo», han reclamado.
Marta Ligioiz, médica especialista en neurobiología del comportamiento, ha comenzado la jornada de esta mañana explicando que “debemos mantener nuestros neurotransmisores altos” para afrontar cualquier situación desde el optimismo. Esto se consigue a través de la xerotonina, que activa nuestras neuronas de modo enérgico con sencillas acciones cotidianas como la risa, la buena alimentación, el deporte y el afecto hacia otras personas. Ligioiz ha invitado a los asistentes a “encontrarnos con nuestros sentidos”, y ha apuntado que “somos más inteligentes cuando somos felices, ya que la xerotonina activa la corteza cerebral, que es donde se desarrollan y activan nuestras capacidades”.
Belén Varela, abogada y especialista en dirección de personas, ha puesto énfasis en la necesidad de reconocer y singularizar a las personas dentro de la organización: “No se puede poner a las personas en cajas, hay que sacarlas del encasillamiento y ensalzar sus fortalezas. Ahí es donde se descubre el verdadero talento. No hagamos personas a la medida de las organizaciones, sino organizaciones a la medida de las personas”. Según Varela, con el sistema de gestión por competencias que muchas empresas utilizan, describen los perfiles determinados que necesitan, pero dejan escapar capacidades de sus empleados por no tenerlas descritas en papel. Esto “hace bajar su autoestima, disminuir su rendimiento”, y llegar a la triste conclusión de que dos de cada tres personas no reconocen sus fortalezas.
Santiago Vázquez, director de Personas de la compañía de telecomunicaciones R y pionero en implantar el concepto de felicidad en el trabajo en nuestro país, ha comentado que al principio de los cursos siempre se encuentra con más de un incrédulo, pero que sin embargo, al finalizarlo cambian totalmente de opinión. Así pues, cree que la fuente de diferenciación y la clave de la sostenibilidad de su compañía son las personas que la forman. Además, ha insistido en la idea de ser feliz en los diversos niveles de la vida: “Hay que ser felices en el trabajo porque ocupa gran parte de nuestro tiempo. La gran estrategia para ello es encontrar el sentido de nuestro trabajo. Pero también, a nivel personal, hay que ser consciente de la relevancia del autoconocimiento, y en las relaciones que mantenemos con los demás, la empatía y la inteligencia emocional son imprescindibles”.
“Debemos dar importancia a las cosas que realmente nos afectan. Desafortunadamente, muchas personas solo llegan a esta reflexión desde el hospital”, ha afirmado Roberto Luna, presidente de AEDIPE y alma mater de estas jornadas.
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