Casi cuatro de cada diez empresas, concretamente el 38,5%, afrontan en esta era postpandemia un aumento del nivel de rotación laboral. Solo un 6,5% declaran haber observado disminuciones, mayoritariamente debido a la internalización de la plantilla tras la entrada en vigor de la reforma laboral (42,7%), pero también por otros factores como la capacidad de reaccionar ante las peticiones de flexibilidad de los trabajadores (23,5%) o la mejora del clima laboral (19,9%). Así lo demuestra un estudio realizado por Randstad entre 4.800 empresas de diferentes sectores de actividad y comunidades autónomas españolas en el período comprendido entre julio y septiembre de 2022.
Pese a estos datos, más de la mitad de las empresas (un 55%) han mantenido a lo largo del último año unos niveles de rotación estables. Y en parte se debe a la ausencia de cambios en las condiciones laborales de la empresa, y también de la competencia (34,1%). El buen clima laboral de las organizaciones (28,4%), la falta de factores desestabilizantes (27,5%) y el inmovilismo del nivel de riesgo de trabajar en el sector (26,3%) también han sido determinantes para estabilizar el aumento de la rotación.
La cifra de rotación media anual en las empresas españolas ronda el 17% en 2022, aumentando en estos últimos 12 meses por una causa principal: la mayor oportunidad de ofertas de trabajo de los empleados en otros sectores o empresas (77%). Otro de los motivos de este abandono se debe al riesgo de trabajar en un sector determinado a raíz de la pandemia, por lo que ha supuesto los ERTE, cierres forzados, etc. (31%), seguido de la imposibilidad de atender las demandas de los trabajadores por parte de los empleadores, tanto las salariales (24,1%) como las enfocadas a mejorar las condiciones de flexibilidad como el teletrabajo (23,3%).
Existen diferencias entre comunidades autónomas respecto al nivel de rotación. Varias regiones se sitúan en niveles inferiores a la media (17%) como es el caso de Cataluña (16%), Madrid (15,6%), Asturias (15,2%), Aragón (14,3%), Canarias (13,6%), Comunidad Valenciana (11,7%) y País Vasco (9,1%), y otras por encima de la media, Andalucía (23,7%), Navarra (23,2%), Murcia (22,7%), Castilla-La Mancha (21,1%), Baleares (20,3%), Galicia (18,8%), Castilla y León (18,7%), Cantabria (18,4%), Extremadura (18%) y La Rioja (17,8%).
Por sectores, la hostelería es una de las actividades que se ha visto más afectada: dos de cada tres empresas (el 63,7%) ha incremento su nivel de rotación laboral en el último año. Sin embargo, en la otra cara de la moneda con menos del 30% se encuentra la construcción, el sector de la información y las comunicaciones.
El informe de Randstad establece un top de 15 actividades en las que se detecta mayor rotación: Industria del cuero y calzado, Confección de prendas de vestir, Industria de la madera e Industria alimentaria y Fabricación de bebidas, la Construcción, Minería, Servicios de comidas y bebidas y de alojamiento, Transporte marítimo, Otros servicios personales, Juegos de azar y Publicidad y estudios de mercado, entre otras. También identifica los 15 sectores con menor nivel de afectación como son: Metalurgia, Industria farmacéutica o Fabricación de equipo eléctrico, Investigación y desarrollo, Educación, Telecomunicaciones, Bibliotecas o Seguros o actividades mineras, por citar algunos ejemplos.
Respecto a las expectativas de las empresas sobre cómo evolucionará la rotación laboral en el próximo año 2023, una cuarta parte de ellas (25,1%) espera que sus niveles de rotación crezcan, mientras que solo un 8,7% espera descensos.
“La tendencia general se inclina hacia crecimientos en la cifra global de rotación en el próximo año”, apunta Randstad, aunque casi dos tercios de las empresas (66,2%) creen que sus actuales niveles de rotación se mantendrán relativamente estables en los próximos 12 meses.
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