Carmen Soler: “El trabajo no es neutro; el bienestar laboral empieza con la prevención”
El VII Simposio Ibérico de Riesgos Psicosociales, celebrado esta semana, ha reunido a expertos ibéricos del ámbito jurídico, sanitario y técnico para abordar los desafíos actuales de la salud mental en el trabajo. La jornada ha puesto el foco en temas de enorme sensibilidad y urgencia, como el suicidio de origen laboral, la transformación digital y los nuevos riesgos emergentes en los entornos de trabajo.
Desde la Secretaría Técnica del Simposio, Carmen Soler, directora de RHSALUDABLE, ha destacado la madurez y valentía del encuentro: “Este Simposio ha representado un punto de inflexión. He participado en ediciones anteriores como ponente y, en esta ocasión, vivirlo desde la organización me ha permitido ver la profundidad con que se está abordando la salud mental laboral. Hablamos del sufrimiento psicológico, derivado de las condiciones de trabajo, de cómo prevenir antes de que se convierta en una patología, y de la importancia de una mirada global, técnica, jurídica y sanitaria, que actúe de forma integrada.”
El evento se estructuró en torno a dos grandes ejes: el sufrimiento psicológico y la transformación digital, abordados desde una perspectiva científica y multidisciplinar. Las ponencias exploraron cómo las condiciones laborales pueden derivar en malestar emocional, ansiedad o depresión, y en casos extremos, en suicidio, subrayando la necesidad de un trabajo preventivo riguroso que combine la vigilancia de la salud, la evaluación técnica y la colaboración empresarial.
Durante la conferencia inaugural y la primera mesa sobre suicidio de origen laboral, se analizó cómo las condiciones de trabajo pueden generar sufrimiento psicológico que, sin llegar a convertirse en patología, puede evolucionar hacia trastornos mentales como ansiedad o depresión, e incluso derivar en situaciones extremas como el suicidio. Los ponentes coincidieron en que estos procesos tienen un origen multicausal y requieren una mirada rigurosa, basada en datos y en la detección temprana de señales de riesgo.
En la jornada se destacó que es esencial coordinar la vigilancia de la salud, el área técnica y los interlocutores de la empresa para contar con una visión completa de la situación. Mientras que en las grandes compañías este enfoque puede abordarse desde diferentes perspectivas, en las pequeñas empresas es necesario contar con un plan estratégico que permita gestionar este asunto de manera efectiva.
La mesa sobre suicidio laboral y la contingencia profesional en materia psicosocial marcaron un hito al reunir a médicos, inspectores de trabajo, psicólogos, juristas y académicos en un diálogo abierto sobre la responsabilidad compartida en la protección de la salud mental.
“Por primera vez, estamos viendo a todos los actores —desde la inspección hasta las empresas privadas— converger en un mismo discurso: el trabajo no es neutro, y cuando una persona sufre, algo se puede hacer. El reto es canalizar ese conocimiento técnico, jurídico y humano para construir una verdadera cultura preventiva”, subraya Soler.
En la sesión dedicada a buenas prácticas, se presentaron experiencias que demuestran cómo la colaboración entre la vigilancia médica, la psicología clínica y la gestión de recursos humanos puede generar entornos laborales más seguros y saludables.
Durante el Simposio se presentaron casos empresariales, como el programa piloto de El Corte Inglés para la vigilancia y promoción de la salud mental. En el marco de la digitalización, se examinó cómo la incorporación de nuevas formas de trabajo y la irrupción de tecnologías emergentes pueden implicar riesgos laborales significativos. Y se puso de ejemplo el caso paradigmático de los moderadores de contenidos, un colectivo que ya se encuentra expuesto a elevados niveles de riesgo.
En la jornada se puso el foco poner en cómo canalizamos de una forma técnica y científica y humana ese conocimiento que tienen los profesionales de la inspección, los médicos psiquiatras, los responsables de organismos públicos, los técnicos, las empresas privadas, cómo colaborar y sumar esfuerzos para conseguir que se empiece a mejorar la forma en que se trabaja en la prevención de la salud mental.
En la clausura, representantes institucionales como Marta Pulido, del Instituto Regional de Seguridad y Salud de Madrid, y José Antonio Fernández, de la Fundación Estatal para la Prevención, constataron la necesidad de construir un modelo integral de prevención, capaz de unir lo técnico, lo humano y lo normativo.
“El VII Simposio ha demostrado que solo con valentía y rigor podremos proteger la salud mental en el trabajo. No se trata de añadir más teoría, sino de transformar el modo en que entendemos el sufrimiento laboral y de actuar antes de que se convierta en una enfermedad”, concluye Soler.
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