Álvaro Merino: «La manera de liderar tiene que ver con los aprendizajes vividos»

RHSaludable
noviembre 28, 2017

Álvaro Merino es inquieto, curioso y optimista vital, al tiempo que experto en liderazgo, en talento y en organización de equipos. En 2016 participó como director académico en el lanzamiento de la Escuela Universitaria Real Madrid junto a Jorge Valdano. Impulsa la empresa 3,59 desde donde aporta soluciones integrales a organizaciones empresariales y deportivas y acompaña a deportistas en sus retos del futuro. Puedes saber más de él en alvaromerino.com

¿Qué lecciones del deporte se pueden aplicar a los profesionales en su día a día?

El deporte es un escenario emocional en el que suceden muchas cosas en un espacio muy corto de tiempo. Esta característica es una oportunidad para extraer aprendizajes que pueden ser transferidos a la cotidianeidad laboral en cualquier sector. Las lecciones son infinitas pero bidireccionalmente. El mundo del deporte y sus profesionales necesitan aprender herramientas de management para mejorar su performance deportivo. La empresa y el deporte están estrechamente conectados. Por ejemplo, cuando hablamos de liderazgo siempre ponemos como ejemplo el mundo del deporte pero es en la empresa donde más y mejor se ha investigado en relación a los estilos y la influencia del liderazgo en los equipos.

De cualquier manera, el deporte es espíritu de superación, disciplina, aprendizaje, trabajo en equipo, esfuerzo sostenido en el tiempo, gestión de la incertidumbre, de la adversidad, trabajo diario y mirada de largo plazo.

Coméntenos qué objetivos persigue su proyecto con deportistas y entrenadores

Con los entrenadores mi labor es darles herramientas para gestionar a un colectivo. La diferencia entre los entrenadores no reside en su conocimiento técnico sino en la manera de abordar la gestión de un grupo entendiendo sus peculiaridades. Como bien dice Jorge Valdano, un equipo es un estado de ánimo y un entrenador es un gestor emocional.

Con los deportistas es importante detenerse en el hecho de entender que son personas jóvenes en muchos casos y que aún no teniendo una madurez personal están sometidos a situaciones de elevadísima exigencia personal y deportiva. Por este motivo requieren trabajar aspectos que van más allá de su propio desempeño deportivo. Un deportista de élite necesita tener y desarrollar herramientas para la vida. No solo la deportiva sino la que viene después de su retirada. Pensemos que ellos y ellas se jubilan dos veces.

¿Cuáles son las cualidades que debe tener un líder?

Seguramente si preguntamos esto, cada persona daría unas cualidades que entiende que son claves para el liderazgo. Y esas claves tienen mucho que ver con lo que es importante para cada una de ellas. La manera de liderar tiene que ver con los aprendizajes vividos a lo largo de nuestra vida. No creo que existan cualidades mejores que otras, siempre que esas cualidades se entreguen generosamente para mejorar a las personas y a los equipos. Lo que para mi es imprescindible en el liderazgo es entender que los líderes crean líderes y no, como se nos decía no mucho tiempo atrás, que los lideres necesitaban seguidores.

Creo firmemente que en el entorno tan cambiante en el que vivimos el liderazgo necesita empezar por uno mismo a través del autocuidado. Si las personas no entendemos que necesitamos estar bien para que nuestros equipos estén bien, entonces no habremos entendido nada. Un líder necesita ser un modelo positivo donde mirarse. Las personas necesitan cuidarse a si mismas, dedicarse tiempo, llevar vidas saludables, descansar y disfrutar. Y todo ello para ser más productivos e inyectar energía a sus equipos. Sin embargo si las jornadas de trabajo son interminables, si no somos capaces de conciliar adecuadamente nuestra vida personal y profesional terminamos lesionándonos. ¿Has conocido a algún deportista que haya conseguido sus objetivos deportivos mientras estaba lesionado? Algunos directivos no son conscientes de estar lesionados y aun así intentan alcanzar metas extraordinarias. No es posible.

¿Cómo se consigue crear una cultura de alto rendimiento?

Es complicado responder a esa pregunta de manera sintética pero en primer lugar entendiendo que los atajos no existen. Nada importante sucede rápido ni fruto de la espontaneidad. El deporte nos enseña que las cosas pueden suceder (porque nunca tendremos certezas) si se hace una apuesta sistemática, planificada y se paga todo el precio necesario para que así ocurra.

Una cultura de alto rendimiento empieza por el QUIÉN. Cuando tienes el QUIÉN (me refiero a las personas adecuadas) el QUÉ y el CÓMO aparecen.

La base de todo desarrollo colectivo nace en la construcción de espacios de confianza. No olvidemos que la confianza es el lubricante que hace que un equipo funcione.

A esto debe seguirle una estrategia clara, compartida y coescrita con el equipo. Entender las grandes carreteras por las que vamos a circular para alcanzar nuestros resultados. Y esta estrategia debe ser debatida apasionadamente ya que las personas solo se comprometen con los proyectos cuando se sienten participes de la construcción de los mismos.

La cultura de alto rendimiento, una vez desarrollado lo anterior, requiere de una apuesta por la responsabilidad individual y colectiva regulada entre pares. No es una cuestión de que el líder controle que esto ocurre sino que sean los propios componentes del equipo quienes se regulen entre ellos. Es un síntoma de madurez personal y profesional. Por explicarlo con una metáfora deportiva, la labor del entrenador llega hasta un determinado lugar en el vestuario. A partir de ahí deben ser los propios jugadores quien hagan que las cosas ocurran

¿Cuál será la cualidad más apreciada en el futuro de un profesional?

Desde mi punto de vista estamos en la era de la gestión de la atención. La clave no es la gestión del tiempo sino la capacidad de poner atención a lo que hacemos en un entorno donde las distracciones son cada vez más frecuentes.

Y esa concentración debe ir acompañada de una adecuada serenidad en los entornos de alta complejidad. Cada vez estaremos más sometidos a situaciones de mucha ambigüedad e incertidumbre, donde necesitaremos tomar buenas decisiones con escasa información. Los errores en la toma de decisiones raramente son por falta de capacidad sino por la dificultad de regularse emocionalmente de manera adecuada. Los grandes deportistas se diferencian del resto porque son capaces de expresar su talento en el momento adecuado y en la situación adecuada, que suelen ser los escenarios de mayor presión y complejidad. Por lo tanto me quedo con la atención y la serenidad, cualidades que se retroalimentan entre si.

 

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